He de darme por satisfecho
Solo con el respiro tierno de tus flores,
Tu jardín aterciopelado...
El oro grisáceo de tus difuntas mustias.
La clave está en no dejarse dominar,
En ser creativo cada vez que se sonríe.
Nuestro pensamiento se ve cada día mas atenuado por el silencio,
Por la falta graciosa de verbalizar el sentimiento,
Porque el sexo es demasiado bueno para sermonear.
Me duermo entre tus muslos y tú sueñas en mi cabecera
Con grandes montones de barro y tu anciano y sabio salvador.
No vuelas tan alto, porque sabes lo que significa: elevación.
A veces me siento como esos mártires de película, que darían su vida por ti...
Aunque yo daría mi vida, porque hubieses tenido a tu padre
Y no seas la basura egoísta y engreída que eres ahora.
Sin embargo te amo,
Distante y sereno,
Como se ama al mar, o al desierto...
O como el desierto ama al mar,
O como el mar ama al desierto.
Soy un par de grandes ojos que se posan en todas partes,
Omnipotente en el sentido arquitectónico de la palabra,
Perseverante en el sentido atlético.
Me drogo con mis libros y con mis plantas,
Con la página blanca y virgen,
Con la promiscua tinta de mi lápiz.
Narcisista de tomo y lomo.
Nihilista como un dinosaurio,
Sopa caliente de campo sureño.
Caminas despacio para saturar mi reloj...
Sin musa el escritor es de piedra, y a veces creo que me escribo a mi mismo,
No hay peregrinas putas a quienes dedicar estas letras,
Aunque si imágenes de novias soberbias que cruzan por la memoria.
Eres carne de mi carne, lector aburrido.
Consecuencia de un olvidado Big Bang,
Títere altruista de la sociedad.
Quema este libro, porque es gratuito.