Esa noche
Por la arrogancia de la duda
El insomnio puso en marcha su escandalosa revolución.
El tópico principal fue la 'posición para dormir'.
Cuando era un niño,
No había necesidad de siquiera pensar en dormir de una manera determinada...
El caos de la inocencia,
El exceso de energía y libre infantilidad
Me permitía estirar los brazos en todas direcciones,
Dormir como quien juega divertido en un sueño irrecordable.
Podía, a veces,
Dormir donde sea,
Dependiendo de mi actividad...
Confiando en que alguien velaba por mí.
Cuando el tiempo pasó, los lados fueron los puntos ideales,
La mágica polaridad de la confusión y el desarrollo.
Llegue a idear varias teorías respecto al por qué encontraba aquel mundo onírico,
Ya sea hacia la derecha, o hacia la izquierda.
El bien y el mal,
La lágrima y la sonrisa,
El amor y su oponente,
Derecha o Izquierda.
Incluso hice un balance de la calidad, cualidad y cantidad de un sueño,
Dependiendo el lado hacia donde dormía,
Basado en el estudio de la lateraridad de las funciones cerebrales.
Recuerdo brujas, agua y rieles cuando mi cuerpo estaba hacia la izquierda,
Recuerdo un paisaje, rostros y tierra del lado derecho.
Crujidos del tiempo, cicatrices en la memoria y en la opinión.
La herida constante del estirarse a través del mismo,
Sangrando a través del reloj,
Invadiendo la propiedad privada de la Vida.
Hoy solo y únicamente me relajo cuando el rostro apunta al techo,
Mis brazos caen duros y cansados hasta mi cintura,
Mis piernas se estiran como queriendo detenerse,
Mi espalda se despliega como mantel de verano.
Quizás, hoy es tiempo de descansar.
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