martes, 14 de agosto de 2012

• La Cuerda •

Para aquella.
¡Así es, mi estimada!

La calle que busca se encuentra

Fuera de este mundo.

Detrás de su ilusión matrimonial

Y su estúpido vestido.

Es un lugar desierto que en invierno

Hace florecer cabizbajas rosas,

Y duermen en sus sueños.

Puede llegar ahí tomando el mismo tren

De su confusión,

Hasta el andén de sus traiciones.

Se encontrará con la gigantesca casa de la locura

Al doblar la primera esquina.

Entra usted, y baja las escaleras

De su aturdidor mutismo.

Allí estará el destino en los muros.

La roja sangre corriendo por sus piernas,

Y por supuesto...

La cuerda que espera por su cuello.



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