Colgaba de la punta del lápiz una semilla de oro.
Al intentar aplastarla, se desparramó y se transformó en oscura letra. Resignado leí la historia que aquella brillante casualidad, relató tan sombría en esta página…
“Un gorila mira al cielo,
Una luz refugia al rayo,
Cenizas y porquerías duermen en su cuna de cristal.
Un cuchillo bajo un cuaderno,
Un par de ojos sin entender.
Si todo lo que cuelga de esta pluma es oro,
Todo lo que leas será de carbón.
Si todo lo que escribes será con odio,
Todo lo que borres, será dolor.”
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