Me inclino ante la desidia,
Me fumo la incertidumbre
De la forma de tus labios.
He descuidado la imaginación
Y llegado hasta tu cuello
Abrazado por el humo tibio
Que emana de tu aliento.
Insolencia y grosería tiradas en el suelo...
Y aún respira el filtro de tu estrés.
Desconocida con labial rojo,
Sé tanto de ti, como de tus pasos por esta calle,
La de tu suspiro hibrido y azulado,
Cementerio de tu vicio.
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