lunes, 24 de septiembre de 2012

• Te maldigo •


Te maldigo a sorbos,

Saltando cada viernes...

Llegas con la lluvia de septiembre,

Con la flor del durazno,

Sonrojada como espectro de mediatarde.

Allá afuera estás tú,

Como fantasma que araña mis paredes,

Dentro de mí estás como un órgano,

Indispensable,

Útil,

Indispensable,

Útil.

Te repito las lluvias y las flores.

Tu tinta es saliva,

Lágrima que sube por mi cuello,

Página indisciplinada que se arranca de raíz,

Investigo entre caricias,

La distancia de tus emociones,

Desplegando las alas oscuras de tu seducción.

Acentúo tu sal,

Tu sol,

Tu tos,

Tu día,

Tu voz,

Tu redacción mortífera que se expande desde los labios...

Encadénate a las cadenas y yo seré un cactus bajo un sauce,

Seré café para el almíbar,

El alcohol de tus páginas ebrias.

Sonríeme de espalda,

Ocúltate del cielo,

Te ordeno libertad.

Llevo flores a la tumba de mi alma,

Enciendo velas al humor de los noventa,

Regrésame,

Encuéntrame un lugar entre las sábanas de tu pensamiento.

Enjuágame los ojos con la sangre de tu historia.

Te ordeno libertad, te libero de las órdenes… ¿Qué tal?


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